
Y te tendré que dejar escapar,
sé que lo voy a lamentar,
pero te digo, amor,
hay que saber cuando parar.
No te pongas triste, corazón,
que el sol no va a brillar,
quedate tranquila que va a haber
tiempo para bailar.
No sé cuantos ángeles te quieren ayudar
pero tengo la esperanza que ninguno va a poder
desnudarte, no de cuerpo sino de alma,
disfrutar ese placer.
Y la verdad no sé bien a qué tengo miedo,
nunca fui mucho de apostar,
una corazonada me dice
que es hora de pagar.
Y lo peor es que estos días ando seco,
no tengo un peso para dar,
las lágrimas quiero guardarlas
para mi juicio final.
Y cuando tu cigarro se consuma sin parar
siempre mi voz vas a escuchar,
y ahí te vas a decir
que hay que saber cuando parar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario